Hijos adolescentes que no quieren estudiar

Por qué mi hijo no se interesa por los estudios
Contenidos
Sirva de modelo: Hable de sus propios fracasos y éxitos con sus hijos, mostrándoles que usted también está implicado en el proceso de aprendizaje. Si te regañas por tus fracasos, ellos también lo harán. Si, por el contrario, te ven ser valiente y aprender de tus errores para ser mejor la próxima vez, ellos también lo harán. Valora los objetivos por encima de las notasUna forma sencilla de invertir en el proceso es fijarse objetivos, tanto individualmente como en familia. Intenta hacerlo al principio de un nuevo curso escolar, a primeros de mes o al comienzo de una nueva estación. La conversación debe ser ligera y sin presiones. No se trata de sacar mejores notas, sino de apoyar el aprendizaje en familia.
Establece entre todos (sí, eso también significa los padres) tres objetivos a corto plazo, alcanzables y orientados a tareas y mejoras que estén bajo tu control. Por ejemplo, "Voy a sacar todos sobresalientes este semestre" es demasiado amplio y difícil de controlar. En su lugar, prueba con "Voy a pedir ayuda en matemáticas más a menudo", "Planificaré una sesión de ayuda extra a la semana" o "Practicaré las multiplicaciones tres veces más este mes".
Si a su hijo no le gusta estudiar, ¿es aceptable obligarle a hacerlo?
Cultive en sus hijos el amor por el aprendizaje en sí mismo, no sólo como medio para alcanzar un objetivo. Al fin y al cabo, la consecución de objetivos es un subproducto de los sistemas y procesos que seguimos.
También puede ayudar a tus hijos que dediques ese tiempo a hacer tus propios "deberes". Podría tratarse de pagar facturas por Internet, hacer un curso online o leer un libro para aprender sobre un tema nuevo.
Planificar implica hacer listas de tareas que deben completarse en un plazo determinado. De este modo, tus hijos aprenderán a completar las tareas una a una en lugar de dejarlas para cuando sea tan tarde que se sientan abrumados.
Por ejemplo, puede que tú fueras a la universidad a estudiar una carrera y acabaras cambiando de carrera cuando empezaste a trabajar. Al compartir esa experiencia con tus hijos, les estás enseñando que no tienen por qué hacerlo "bien" a la primera.
Por otra parte, los niños que tienen miedo al fracaso son más propensos a desanimarse cuando cometen errores. En lugar de aprender de sus errores y seguir adelante, es probable que se den por vencidos.
Mi hijo de 17 años no quiere estudiar
Si has matriculado recientemente a tu hijo o hija en un centro de educación infantil, ya te habrás dado cuenta de que hay ocasiones en las que no está motivado para ir al colegio. Muchos padres nos piden consejo sobre cómo motivar a un niño, especialmente cuando se trata de sus estudios.
La motivación intrínseca o interna es la fuerza motriz que te permite hacer las cosas porque quieres hacerlas. Este tipo de motivación es muy poderosa. Es el impulso que llevamos dentro y que nos empuja a perseguir las cosas que nos gustan y disfrutamos haciendo.
Cuando somos niños, tenemos esta motivación intrínseca para aprender y explorar el mundo. Dependiendo de cómo traten los padres esta motivación intrínseca, el impulso del niño por aprender y explorar puede suprimirse o fomentarse.
Las motivaciones extrínsecas o externas son las cosas que uno quiere tener o las personas a las que quiere parecerse. La motivación externa nos empuja a hacer cosas para que podamos alcanzar o tener éxito con nuestros objetivos y aspiraciones.
La motivación externa también puede ser el estímulo de personas importantes en nuestra vida. Pueden ser los padres, los hermanos, los amigos y otras personas significativas. Lo que vemos y sentimos en nuestro entorno también son fuerzas poderosas que un niño puede tomar para motivarse.
Cómo tratar a un niño que no se interesa por los estudios
A lo largo de los años, muchos padres me han preguntado por qué sus hijos no están motivados y qué pueden hacer al respecto. ¿Cómo conseguir que su hijo esté más motivado? ¿Para que vaya mejor en la escuela? ¿Incluso que vaya al colegio?
Lo importante es recordar lo siguiente: su hijo está motivado. Sólo está motivado para resistirse a usted y a los demás cuando no quiere hacer algo. La clave está en aprender a convertir su motivación negativa en positiva.
Cuando los niños no se levantan de la cama, no hacen los deberes o las tareas del colegio, o no participan en las actividades, es importante que los padres se den cuenta de que hay motivación en el niño. Pero la motivación es resistirse. La motivación es hacer las cosas a su manera, no a la tuya. La motivación es conservar el poder.
Cuando los niños se sienten impotentes, intentan sentirse poderosos reteniendo. Un niño o un adolescente que se siente muy impotente se quedará en la cama, no irá al colegio, evitará hacer los deberes, se sentará en el sofá y se abstendrá de participar en general porque le da la sensación de tener el control.